miércoles, 10 de diciembre de 2008

Estudio de caso



DEBATE MUSEOGRAFICO PROPUESTO DESDE LA ANTROPOLOGÍA


Recientemente se realizó un estudio público al Museo Arqueológico La Merced hecho por los antropólogos Angélica Núñez y Erick Marín Espinosa[1] éste tuvo como fin, conocer el punto de comunicación, asimilación y retroalimentación existentes entre los visitantes y el discurso arqueológico. Esa investigación trazó como objetivo proyectar un nuevo guión museográfico, donde los museos junto con las disciplinas sociales, y el público construyan una memoria colectiva acorde con la diversidad cultural existente en nuestro país.
La metodología que se empleó para analizar e intentar cambiar el recorrido de la exposición permanente que mostraba en sus seis salas, las huellas arquitectónicas, el medio ambiente, la gente, la religión y la muerte que evocaba la vida colonial tomó en cuenta tres componentes

El contenido temático: En base de él se intentaba tener alguna idea de cual era el nivel de información y conocimiento de los visitantes con respecto a los temas que exponía el museo; asimismo, conocer su opinión acerca del orden, calidad, cantidad y forma de presentación de ella.

Lenguaje expositivo: Es lo que se entiende dentro de la exposición como las vitrinas, iluminación, objetos, paneles, sonido, forma del recorrido etc. Con esto se intentó acercar al nivel de observación y opiniones de los visitantes objetando en algunas ocasiones que les disgustaba o atraía, además de conocer sus ideas para implementar nuevas propuestas.

Por último, La Didáctica. Se quiso saber si existían otras alternativas a parte de la visita guiada, que resultaran más atractivas a los visitantes para recibir la información.

La recolección de los datos se consiguió por observación de las visitas, entrevistas individuales o grupales y realización de grupos focales. Esta organización giró en la obtención de tres puntos.

a) La ubicación en Tiempo y Espacio de las sociedades prehispánicas: En el museo arqueológico La Merced, la opción de ordenar la exposición por temáticas es innovador, es decir, que las piezas están organizadas en salas especiales. Esta iniciativa facilita a sus visitadores la aproximación al pasado y no hace que la ubicación de las sociedades prehispánicas como es en este caso, queden pérdidas en el tiempo.

Sin embargo existen otras dos falencias, la primera tiene que ver con la organización de estos grupos prehispánicos en una maqueta geográfica actual, aunque eso ayuda a los visitantes a entender la ubicación territorial, no permite hacerles entender los procesos y transformaciones históricas ocurridas.


La segunda incorrección es que a partir de la clasificación de las piezas arqueológicas en las salas de acuerdo a las tipologías culturales o nombres de grupos culturales, no se alcanza a entender el porque de estas, es decir, que el guión da por sentadas unas fronteras que parecen inamovibles en el tiempo para aquellos grupos humanos; creando una visión estática y anacrónica de los mismos.

Entender a esas sociedades antiguas de América de acuerdo a los hallazgos arqueológicos en áreas, no explica la evidencia de procesos de conflictos y limites territoriales entre aquellas culturas.

La fetichización de los Objetos
En la mayoría de los casos el museo es recordado por las piezas exóticas de gran belleza que por las temáticas que a ellas se articulan. Aunque esta problemática también es propiciada por el sitio, ya que, con el montaje museográfico actual muestra a los artefactos como figuras intocables por su singularidad, generando más sentimientos de admiración que curiosidad y retentiva sobre los contornos y las dinámicas del grupo que los construyó.

El último elemento sobre el que se focalizaron los resultados fue El Uso de las Analogías Etnográficas. En el año para el que se hizo este estudio crítico a los museos, existía una sala denominada La Gente en ese recinto habrían expuestas unas fotos que recordaban los grupos prehispánicos, lo que se mostró con la investigación es que hay una confusión temporal entre las personas, es decir, aquellas sociedades son vistas como unas representaciones vivas y observables del pasado. Por lo tanto el autor llama la atención, pues tanto el cambio cultural, como la diferencia al otro y el respeto a la alteridad deben ser ampliadas dentro de las temáticas a tratar dentro de los museos,

Una de las conclusiones más importantes del proyecto investigativo, es que al parecer aquellas falencias antes mencionadas ocurridos generalmente en todos los museos arqueológicos en Colombia, lo que hacen es perfilar y consolidar el proyecto de Estado-Nación preponderante de la modernidad. En otras palabras, esa diferencia cultural existente en nuestro territorio, dentro de los museos ha posibilitado conocerla, no obstante, a habido cierta tergiversación o confusión, ya sea, en los guiones discursivos o disposición de las piezas que hacen pensar la diferencia cultural entre sociedades indígenas como un mismo grupo, situación congruente con los ideales de homogeneización en la modernidad.

Dentro de ese anacronismo que trasmite el museo, hay que pensar en el lugar que están ocupando las Ciencias Sociales en esa consolidación, pues como es sabido la Antropología clásica lo que posibilitó fue la fundamentacion política de la superioridad europea versus la inferioridad de sociedades periféricas a ella. En Colombia el desconocimiento y la posibilidad de entender la historia desde diversas perspectivas, nos ha llevado a seguir anclados en la Historia positivista u oficial de héroes y perdedores, lo triste de esto es que aún el libros guía utilizados pedagógicamente para enseñar Historia, existe una versión errónea que lo que hace es seguir fortificando la visión civilizadora y moderna concebida solo desde el momento colonizador a los indios salvajes. A pesar de que en los museos supuestamente ya se ha superado esa fase, es totalmente equivocado pues las exposiciones arqueológicas lo que consiguen es crear en el receptor ciertos sentimientos románticos hacia el pasado inferior y crear un orgullo y apropiación a la superación de esas etapas inferiores.

Los museos deben dejar de albergar ese pasado estático, para llegar a ser unos lugares propicios para el dialogo y el aprendizaje dinámico que cuestione incluso lo que cuenta la historia.

[1] NUÑEZ, Angélica y MARÍN, ESPINOSA, Erick. “MUSEOS ARQUEÓLOGICOS Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA COLECTIVA: Estudio de Público, Museo Arqueológico la Merced. En: LAS VIAS DEL PATRIMONIO, LA MEMORIA Y LA ARQUEOLOGÍA. Edt Universidad del Cauca, Estudios Sociales. 2007

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